Si una característica tiene el diluvio universal es que es mucho más universal de lo que pueda parecer, reflejado en infinidad de leyendas de todo el mundo. “Se encuentra prácticamente en todas las culturas, incluso en la de los aborígenes australianos”, explica Espejo. En la tradición hebraica y cristiana, es conocida la figura de Noé. Pero esta historia también se repite a miles de kilómetros de distancia, como en el caso de los makushi del norte del Amazonas. Los incas llamaron al diluvio Uno-Pachacuti, que significa “agua que gira en torno a la Tierra”. Al otro lado del planeta, los chinos hablan de Nu Gua, un personaje que se salvó del diluvio junto con su hermano flotando sobre las aguas en una calabaza. En la India, el héroe es Manu, que logra sobrevivir con su mujer en un barco, que acabará posándose sobre el monte Hemavat. “Nótese la homonimia del Manu hindú y la Un Gua china, por no hablar del Nuu polinésio con el Noé hebreo”, apunta Espejo. “Siempre es la misma historia: se desencadena un diluvio y poca gente logra salvarse a bordo de un barco (como es el caso de la Biblia) o subiendo a una montaña (como cuentan leyendas precolombinas peruanas)”.